Las bolsas entran en subida libre técnica y ofrecen un 6% anual
Las bolsas estadounidenses y europeas han superado niveles técnicos de importancia crítica, que acaban con años de consolidación y reabren un mercado alcista, lo que en argot técnico se conoce como subida libre absoluta, tras sobreponerse a la incertidumbre comercial y a las señales de ralentización de la economía de los últimos meses. Mientras Wall Street renovaba niveles nunca vistos, el EuroStoxx 50 con retorno absoluto, que incluye la reinversión de los dividendos, se instalaba en máximos históricos y, al igual que el índice estadounidense, se enfrenta a un territorio inexplorado.
El S&P 500 volvió a registrar el lunes un nuevo máximo histórico intradía en los 3.085,20 puntos dato a media sesión y acumulaba unas ganancias del 23% en 2019, mientras que el Dow Jones llegó a sobrepasar los 27.515 puntos, nunca antes vistos, y se anotaba una rentabilidad del 18% anual.
El Standard & Poor’s se vio impulsado por la industria estadounidense del petróleo, que reaccionó con subidas considerables a la salida a bolsa de Saudi Aramco, y también por las subidas de valores industriales, como General Electric y FedEx, en plena temporada de resultados.
De este modo, la superación de las resistencias clave representa una “señal de continuidad alcista muy similar a la de finales de 2016”, insiste Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. Por aquel entonces, Wall Street rebotó un 50% en los meses posteriores al alcance de máximos.
Expectativas de rentabilidad
Por análisis fundamental, la cuestión es que llegados a este punto en el que la renta variable puede cerrar un año excepcional el peligro es que las bolsas han subido tanto que, a falta de 40 sesiones para despedir 2019, pueden comerse parte de las ganancias esperadas para 2020.
Las alzas que protagonizan los principales índices a ambos lados del Atlántico los han encarecido por su PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) y los inversores más agresivos aquellos con una exposición del 100 por cien a este activo han visto cómo se reduce la rentabilidad a la que pueden aspirar hasta el entorno del 6% según el Barómetro de Expectativas de Rentabilidad (BER) elaborado por elEconomista. Esto supondría comerse un cuarto de la rentabilidad prevista si se produce otra subida del 25% como la acumulada en 2019 en la próxima década.
Para llegar a este cálculo, se tiene en cuenta el multiplicador de beneficios del mercado europeo (en concreto, del Stoxx 600) y del americano (del S&P 500) para el ejercicio actual. La razón de no utilizar el PER que incluye las estimaciones de ganancias del año que viene, que son extremadamente positivas.
En las últimas semanas, los inversores han recuperado el optimismo sobre la primera fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China que se podría rubricar este mes y la mayor posibilidad de que se logre un Brexit pactado. Una esperanza que se ha visto reflejada además de en las bolsas en los fondos centrados en renta variable que han sufrido salidas continuas desde el primer trimestre de 2018 y donde se ha registrado la segunda semana consecutiva de entradas según los datos de Bank of America Merrill Lynch.
Sin embargo, las estimaciones en torno a las ganancias, tanto del mercado americano como del europeo, continúan cayendo desde el 1 de enero más de un 6%.
En concreto, en el caso del S&P 500, la previsión de beneficios se reduce en el año un 7% para 2020 y un 6% para 2021, mientras que para el Stoxx 600 el recorte es de un 6,5% para este año y de un 7% en 2020. No obstante, y aunque no se espere, de momento, un menor beneficio este año que el anterior, lo que sí están comprando los analistas es una fuerte desaceleración del crecimiento del mismo.
“Hay que tener en cuenta que las estimaciones en algunos sectores prácticamente no se han revisado y tenemos unas condiciones macroeconómicas bastante peores que hace seis, 12 o 18 meses” reconoce David Ardura, director de Gestión de Gesconsult. “El deterioro macro ha seguido, en algún momento afectará a la micro y ya lo estamos viendo en algunos resultados, lo que inevitablemente afectará a las estimaciones”, añade el experto.
En un momento en que los índices bursátiles parecen no tener techo, los datos macroeconómicos que se presentarán esta semana podrían servir de acicate.
Por un lado, se darán a conocer los pedidos de bienes duraderos y los índices de los gestores de compras (o PMI, por sus siglas en inglés). Por otro, se publicarán las exportaciones e importaciones chinas, mientras Pekín valora la oferta de la Casa Blanca para firmar la primera parte de su acuerdo comercial en alguna ciudad de Estados Unidos este mes.
En cuanto al comportamiento de la renta fija, las ventas de bonos volvieron a imponerse ayer y la rentabilidad del bono estadounidense a diez años se elevó al 1,79%. Para JP Morgan, el rendimiento del bono americano podría dispararse en cien puntos básicos en los próximos seis meses.