La economía de Japón se desploma a una velocidad récord
La economía japonesa se ha contraído a un ritmo récord debido a la crisis del Coronavirus.
El producto interno bruto se derrumbó en el segundo trimestre, extrapolado al año, en un 27,8 por ciento, según los datos gubernamentales publicados el lunes. Esto se debió principalmente a la caída de las exportaciones y al consumo. La tercera economía más grande del mundo no sufrió tanto las consecuencias de la pandemia como la número uno, Estados Unidos, que se desplomó en un 32,9 por ciento. Sin embargo, la caída fue mucho más severa que durante la crisis financiera a principios de 2009 con un 17,8 por ciento. Con la caída récord, el crecimiento logrado bajo el primer ministro Shinzo Abe y su desarrollo económico activo (“Abenomics”) desde 2012 fue anulado.
Japón ha tocado fondo después de la “depresión bastante severa”, dijo el ministro de Economía, Yasutoshi Nishimura. La economía se ha recuperado desde que se levantaron los bloqueos a fines de mayo. Según los pronósticos de los economistas, es probable que el crecimiento en el trimestre de verano actual sea modesto, ya que un aumento renovado en las pruebas corona positivas significa que muchos consumidores se mantienen cautelosos al gastar dinero. “Espero que el crecimiento en el trimestre actual sea positivo”, dijo el economista jefe del Instituto de Investigación Norinchukin, Takeshi Minami. “Pero a nivel mundial, la recuperación es lenta en todas partes, excepto en China”. Japón, con sus industrias de ingeniería mecánica y automotriz, depende en gran medida de las exportaciones. Si la economía global no despega, las empresas podrían recortar puestos de trabajo y recortar inversiones.
El país fuertemente endeudado ha perdido mucho dinero para amortiguar las consecuencias económicas de la pandemia. Antes de que estallara, la economía nacional ya estaba sufriendo por la subida del IVA y la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Las restricciones para contener el brote de virus ahora tienen efectos claros. El consumo privado, que representa más de la mitad de la economía japonesa, cayó un 8,2 por ciento. Las exportaciones colapsaron en un 18,5 por ciento, principalmente debido a la disminución de la demanda de automóviles. Las inversiones cayeron un 1,5 por ciento.