Japón no cumple con los planes de rescate para los prestamistas regionales afectados por la pandemia
La pandemia de coronavirus está agravando el dolor de los prestamistas regionales de Japón, aumentando las preocupaciones de que una posible ola de cierres de empresas pondrá a prueba la capacidad de los legisladores para evitar una crisis dañina del sector bancario.
Muchos funcionarios del gobierno central y de los bancos ven el riesgo de que surja una crisis en los próximos meses, cuando más empresas en dificultades podrían hundirse y afectar a los bancos regionales ya debilitados por una economía nacional en contracción y años de tasas de interés ultrabajas.
Sin embargo, los funcionarios aún tienen pocos planes además de presionar a los prestamistas en dificultades para que se recapitalicen o se consoliden, y pocas pistas sobre cómo hacerlo de manera ordenada, dicen cinco fuentes gubernamentales y bancarias con conocimiento directo del asunto. Con Tokio aún alentando a los bancos regionales a inyectar dinero a los prestatarios necesitados, los esfuerzos para mitigar una posterior acumulación de préstamos incobrables pasarán a un segundo plano.
Después de que Japón cerró sus fronteras para contener la pandemia, la cadena hotelera con sede en Osaka White Bear Family se hundió con 27.800 millones de yenes (262 millones de dólares) en pasivos, la mayor quiebra relacionada con virus hasta ahora en Japón.
Eso dejó al prestamista regional Kansai Mirai Financial Group ( 7321.T ) con 800 millones de yenes en préstamos irrecuperables. El grupo espera que los costos crediticios casi se tripliquen a 12.5 mil millones de yenes este año.
Osaka vio hundirse 147 empresas en junio, superando a Tokio como el centro más afectado en Japón, según el grupo de expertos Tokyo Shoko Research.