Trump firma con China un acuerdo comercial “histórico”
“Nuestras negociaciones han sido duras y honestas” reconoció el miércoles el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante la firma de la Fase 1 de un “acuerdo histórico con China”. Escoltado por su vicepresidente, Mike Pence, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el representante comercial, Robert Lighthizer, quien recibió una larga ovación por su papel en las conversaciones, el mandatario rubricó un plan que compromete al gigante asiático a comprar 200.000 millones de dólares adicionales en productos estadounidenses en los próximos dos años.
De esta forma se espera un aumento de alrededor de 80.000 millones de dólares en manufacturas, de 50.000 millones de dólares en energía, de 32.000 millones de dólares en bienes agrícolas y de 35.000 millones de dólares en servicios. No obstante los detalles específicos de cada categoría no se darán a conocer y permanecerán blindados en un anexo privado.
Del lado chino, el viceprimer ministro, Liu He, avalado por Zhong Shan, ministro de Comercio, Cui Tiankai, embajador de la República Popular de China y Yi Gang, gobernador del Banco Popular de China, fue el encargado de oficializar la primera fase en nombre del primer ministro chino, Xi Jinping. El líder del gigante asiático relegó así cualquier problema que pueda surgir durante el cumplimiento de los compromisos acordados a Liu, quien será responsable de cualquier traba que pueda presentarse próximamente.
La Fase 1 del acuerdo comercial supone una herramienta clave para relajar las tensiones comerciales pero ni mucho menos da por zanjada la guerra comercial que comenzó hace ya dos años. De hecho, Washington seguirá aplicando aranceles de entre el 15% y el 25% a un catálogo de productos chinos por valor de 360.000 millones de dólares durante al menos los próximos diez meses.
Como parte del compromiso, EEUU canceló los gravámenes anunciados para el 15 de diciembre de alrededor del 15% sobre un grupo de productos de consumo chinos por valor aproximado de 156.000 millones de dólares. También reduce del 15% al 7,5% los implementados el pasado septiembre sobre bienes por valor aproximado de 120.000 millones de dólares. Sin embargo mantiene sin cambios los adoptados previamente.
Dado que la administración Trump no quiere culminar la Fase 2 del acuerdo hasta después de las elecciones de noviembre, Pekín tampoco parece interesado en avanzar en las mismas, dado que los asuntos a tratar serán aún más tensos.
China pondrá fin a su práctica de forzar o presionar a las empresas extranjeras para que transfieran su tecnología
El rotativo Global Times, propiedad del People´s Daily, citó fuentes cercanas al Ministerio de Comercio al asegurar que la situación no garantiza que las conversaciones sigan evolucionando de forma inmediata y tampoco debe esperarse que la fricción entre ambos países vaya a desaparecer. Dicho esto Trump indicó que visitará China en un “futuro no muy lejano”.
Más allá de aranceles y un incremento en la compra de productos estadounidenses, Washington y Pekín incluyeron en el acuerdo un capítulo destinado a la Propiedad Intelectual, en busca de fortalecer las protecciones. También se aborda tímidamente el asunto de la transferencia forzada de tecnología.
China acordó poner fin a su práctica de forzar o presionar a las empresas extranjeras para que transfieran su tecnología a las empresas chinas como condición para obtener acceso al mercado, aprobaciones administrativas o recibir ventajas del gobierno.
Quizás uno de los sectores más beneficiados por el plan es el sector financiero. Fue significativa la presencia de Mary Erdoes, directora financiera de J.P. Morgan, el consejero delegado de MasterCard, Ajaypal Singh Banga, o su homólogo en Visa, Alfred F. Kelly, en la ceremonia. Uno de los compromisos de China es eliminar barreras que permitirá a los proveedores de servicios financieros competir en igualdad de condiciones.
Como ya se adelantó esta semana, la Fase 1 incluye un capítulo destinado a la divisa, que culmina con la retirada de China de la lista de países manipuladores de su divisa del Departamento del Tesoro de EEUU. Esta modalidad, que ya se incluyó en el Acuerdo EEUU, México y Canadá (USMCA) que tiene previsto aprobarse esta semana en el Senado, exige compromisos de alto nivel que eviten devaluaciones competitivas o intervenciones en los tipos de cambio.
Para garantizar que Pekín cumple con lo aprobado en la ceremonia del miércoles también se incluyó un mecanismo de resolución de disputas. Este acuerdo crea consultas bilaterales periódicas. También establece procedimientos sólidos para aborda las disputas relacionadas con el acuerdo y permite que cada parte tome medidas proporcionales que considere apropiadas si no se alcanzasen los objetivos.
Tampoco hay que pasar por alto que, más allá de las negociaciones comerciales, la administración Trump y el gobierno de Xi mantienen conversaciones relacionadas con temas de seguridad nacional, donde la atención se dirige al gigante de telecomunicaciones chino, Huawei. El secretario del Tesoro dijo durante una entrevista con la CNBC que las negociaciones sobre los problemas relacionados la compañía están “en curso”, enfatizando que Huawei no será utilizada como una “pieza de ajedrez” en el acuerdo comercial que se firmó el miércoles.