Otra crisis que terminará arrasando con la Eurozona
Mala suerte, una gestión lenta y deficiente, una unión monetaria inacabada… Pueden ser muchos los motivos, pero lo cierto es que las últimas dos crisis han nacido muy lejos de Europa y van a terminar ‘arrasando’ la economía del Viejo Continente con más intensidad que las de otras regiones. La crisis global de 2007-2008 tuvo su origen en EEUU, pero fue la Eurozona la que padeció con mayor crudeza sus efectos, con una doble recesión que estuvo cerca de terminar con el euro entre 2011 y 2012. Ahora, una enfermedad que parecía al principio focalizada en la ciudad china de Wuhan, a 8.659 kilómetros de Bruselas (capital europea), probablemente, terminará causando los mayores estragos económicos (y humanos) en la zona euro. No solo la temeraria predicción de Deutsche Bank vaticinando un desplome del PIB del 24% en la zona euro en el segundo trimestre, el consenso de los expertos prevé una recesión más profunda y, quizá, duradera en los países del euro que en el resto del mundo. Si la tercera edad es población de riesgo con el coronavirus, la zona euro parece ser ‘una economía de riesgo’ con casi cualquier shock importante que se produzca en el mundo.
La expansión del coronavirus no se ha logrado controlar en los países del euro, al menos en España e Italia una propagación intensa parece inevitable viendo cómo evolucionan las curvas de contagios. No debe ser tarea fácil controlar la transmisión de una enfermedad muy contagiosa en una región que goza de total libertad de movimiento, pero donde hay diecinueve gobiernos, cada uno con su información, sus políticas internas y sus diferentes formas de vida. Las medidas, aunque tarde, han llegado y han sido estrictas, paralizando la economía en seco. Aunque los indicadores aún no lo muestren con claridad, la zona euro ya ha entrado en recesión. Cuando se publiquen los datos de producción industrial, servicios y, al final, el PIB, se verá una clara contracción en la economía.
Los economistas de Bank of America Merryll Lynch prevén que el PIB de la zona euro en todo 2020 retroceda un 1,7%, suponiendo que el descenso se extienda sólo a uno o dos trimestres. Por el contrario, las previsiones de estos analistas muestran una recesión del 0,8% en EEUU, un crecimiento del 1,5% en China y un 1,4% en el conjunto de los países emergentes. Esto deja a la zona euro como líder indiscutible del golpe generado por el coronavirus.
“Creemos que la recesión actual es similar en alcance a las grandes recesiones mundiales de 1982 y 2009… Desde nuestro punto de vista, EEUU va dos semanas por detrás de Europa en términos de contagios. Por lo tanto, creemos que las medidas de control solo afectarán levemente a EEUU en el primer trimestre antes de sufrir el impacto real en la economía con una caída interanual del PIB del 12% en el segundo trimestre. Por el contrario, el impacto en Europa se extiende tanto al primer como al segundo trimestre, con sendas recesiones interanuales del -6,7% y el -7,2% respectivamente”, explican los expertos.
La zona euro ya había sufrido más que nadie en el mundo desarrollado la desaceleración global y la guerra comercial durante 2018 y 2019. La heterogeneidad de las economías que la conforman, su elevado grado de apertura al exterior y ser una unión monetaria incompleta y, a veces, descoordinada, hacen de la Eurozona una de las regiones más débiles ante cualquier shock desestabilizador. Si en los últimos años había sido el consumo interno el que había evitado el crecimiento cero, ahora será uno de los componentes más castigados.
Reto Cueni, economista senior de Vontobel AM, cree que el avance drástico de las medidas adicionales para controlar los contagios frenará la actividad económica en general y el consumo y las exportaciones (las compras de turistas se computan como exportaciones en la balanza comercial) en particular de manera significativa. “Aunque estos efectos son muy difíciles de reflejar en cualquier tipo de cálculo económico, hemos adaptado nuestras previsiones económicas basándonos en la situación real y en la hipótesis de un fuerte impacto en las actividades económicas en el primer y segundo trimestre, una estabilización hacia el verano y un repunte sustancial después. Para ser más precisos, esperamos que el consumo privado (alrededor del 55% del PIB) se reduzca en alrededor del 40% (parte del consumo no esencial) para la segunda mitad de marzo, en abril y parcialmente en mayo”, apunta el experto.
Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, cree que la economía mundial entrará en una recesión corta y aguda, puesto que las medidas de cierre reducen la actividad económica en todas partes. “Dada la cantidad de casos y la gravedad de las medidas de contención, Europa se presenta como una de las regiones más afectadas, y ahora esperamos que la mayoría de los países de la zona del euro sufran caídas históricamente grandes en el PIB trimestral en el segundo trimestre”.
El economista español de Oxford Economics reconoce que la naturaleza sin precedentes de esta crisis hace que cuantificar el impacto económico potencial sea extraordinariamente difícil. “Mucho depende de la duración y la gravedad de las medidas de contención que los gobiernos están implementando. Eso, a su vez, depende de la evolución de la enfermedad, lo que significa que nos estamos aventurando en un territorio desconocido”.
Los bancos centrales han reaccionado haciendo uso de todas sus herramientas a disposición. Las inyecciones de liquidez y las compras de bonos pueden reducir la dureza de la recesión y evitar males mayores. Sin embargo, resulta prácticamente imposible que estas medidas puedan amortiguar el miedo que genera en hogares y empresas una enfermedad, y las restricciones que han aprobado los gobiernos. Está claro que esos controles son absolutamente necesarios, pero también es cierto que con las familias recluidas en sus casas y las empresas funcionando a medio gas, las políticas monetarias y fiscales pierden gran parte de su impacto, quedando en un mero calmante que, no obstante, podrían allanar el terreno para que la salida de esta recesión sea rápida y vigorosa cuando el coronavirus lo permita.
“Ahora parece evidente que la actividad colapsará en marzo y permanecerá deprimida durante algunos meses, por lo que anticipamos caídas históricamente grandes del PIB trimestral en el segundo trimestre en la mayoría de los países europeos. Aunque es probable que la recesión sea de una magnitud extremadamente aguda, todavía anticipamos que se trata de una breve recesión, con un rápido rebote más adelante en el segundo semestre a medida que se levantan las restricciones de viaje y las medidas de bloqueo y las actividades diarias vuelven a la normalidad, con el impulso adicional proporcionado por la política fiscal y los estímulos monetarios”, sentencia Ángel Talavera.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) cree que el un escenario pesimista el desempleo global podría sumar 25 millones de parados, frente a los 22 millones de la crisis de 2008 y 2009. Además, de esos 25 millones 14,6 serían en las economías desarrolladas, donde se encuentra la zona euro. Dentro de la zona euro países como España, Portugal o Grecia son los que suelen destruir una mayor cantidad de empleo en los ciclos recesivos. Esto podría suponer niveles récord de desempleo en términos absolutos durante un breve espacio de tiempo.
No obstante, si la economía se recupera con la fortaleza esperada, sumando el apoyo monetario y fiscal, se prevé que el PIB volvería a alcanzar el nivel previo en cuestión de trimestres. “Tal escenario significaría que la economía vuelve a estar cerca de los niveles anteriores para fines del próximo año”, señala Talavera en una nota para clientes.
Por ejemplo, los analistas de Commerzbank creen que el PIB de la zona euro podría contraerse un 4% en 2020, pero en 2021 avanzaría en el conjunto del año un 4,5%. Sin embargo, los expertos del banco alemán creen que dependerá mucho de cada país porque el turismo va a ser uno de los sectores más afectados y su peso es muy superior en los países del sur de Europa. De modo que no solo la zona euro será la más castigada por esta crisis otra vez, puede que de nuevo los países del sur sean los peor parados dentro de la propia región.