Johnson quiere unir Irlanda del Norte y Escocia y que pague la UE
Será maravilloso viajar hacia Belfast sin necesidad de tomar el barco o el avión. Parafraseando la canción de Los Mismos, el primer ministro británico, Boris Johnson, lleva ya unos meses hablando de su idea de construir un puente que una Escocia con Irlanda del Norte. Este sería ya el tercero de los famosos “puentes Boris” y en un encuentro navideño con escolares en el Támesis, el primer ministro insistió en que sería “muy bueno” construirlo, con fondos europeos a ser posible.
En concreto, el puente iría de Stranraer en Escocia a Larne, en Irlanda del Norte, una distancia de 32 kilómetros a tavés del Mar de Irlanda. Su precio a vuelapluma se iría a los “15.000 millones de libras”, afirmó. Dinero que le gustaría que saliera de los bolsillos de Bruselas incluso después del Brexit, según explicó el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, que tuvo una conversación con Johnson sobre el tema.
Y Varadkar ya ha dado su visto bueno, aunque advirtiendo de que Irlanda no aportaría fondos a un proyecto que sería estrictamente británico. “Yo le dije que es una idea digna de estudiar, de hacer un análisis de ingeniería para valorar si es una propuesta viable, pero que el Reino Unido lo debería financiar por completo. Johnson me dijo que la UE lo pagaría, pero le respondí que eso definitvamente no iba a ocurrir, porque ni Escocia ni Irlanda del Norte estarán en la UE desde el 1 de febrero”, dijo Varadkar el miércoles.
Johnson empezó a mencionar este proyecto como forma de compensar al Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte (DUP), que tachan poco menos de traición el acuerdo de salida de la UE. Tras el Brexit, habrá controles fronterizos entre la provincia y Gran Bretaña, en efecto convirtiendo a Irlanda del Norte en una especie de territorio intermedio entre Irlanda y Reino Unido pero separado de ambos legalmente. Esta solución supone una derrota histórica para el unionismo norirlandés y su objetivo de mantenerse dentro del país como una parte jurídicamente igual a Inglaterra, Escocia o Gales.
A cambio, Johnson sugirió construir un puente para que los norirlandeses puedan desplazarse al resto del país caminando, en bicicleta o en auto-stop, como diría la canción, y se sientan así más integrados, si no jurídicamente, al menos en transporte. “Sigan atentos”, dijo al nuevo portavoz del DUP en el Parlamento.
El actual primer ministro ya se ha hecho famoso por su obsesión con los puentes. En su etapa como alcalde de Londres, gastó 60 millones de libras en diseñar un nuevo cruce sobre el Támesis, el llamado “Puente Jardín”, que habría tenido árboles en los laterales y que fue descartado por su sucesor, el actual primer edil Sadiq Khan. Y durante la campaña del Brexit, propuso desdoblar el Eurotúnel con Francia a través de un puente que uniera los dos extremos del Canal de la Mancha. De ese no se ha vuelto a oir, pero si el de Irlanda del Norte sale adelante, puede ser el siguiente en el disparadero.