Johnson pide elecciones para el 12 de diciembre y ofrece dos semanas más para debatir el acuerdo del Brexit
¿A la tercera va la vencida? Después de ver su propuesta de elecciones anticipadas rechazada dos veces, el primer ministro británico, Boris Johnson, cumplió su amenaza y anunció que pedirá de nuevo al Parlamento el lunes que acepte su disolución y sacar las urnas el 12 de diciembre. La pregunta ahora es si conseguirá los suficientes apoyos -dos tercios de la Cámara de los Comunes- para aprobar la convocatoria. Y la oposición no parece estar de acuerdo con lo que consideran un “chantaje”.
Johnson explicó en una carta al líder de la oposición, Jeremy Corbyn, que los diputados “tendrán tiempo para estudiar” su propuesta de ley del Brexit hasta el 6 de noviembre, la nueva fecha límite para aprobarlo, a cambio de que acepten ir a elecciones. Si lo hacen, ofrecerá “todas las sesiones posibles, viernes, fines de semana, la hora de comienzo más temprana y la de final más tardía” para debatir y votar su propuesta en esas dos semanas. “Si no se ha aprobado para entonces, como me temo, iré a elecciones ofreciendo mi gran acuerdo, y tú, creo, ofreciendo otra prórroga, otra renegociación y otro referéndum”, concluyó, marcando los parámetros de la futura campaña.
Sin embargo, el anunció no cayó bien en las filas opositoras, que ven una “trampa” en la oferta. “Aprobadme mis elecciones generales y, a cambio, yo aprobaré mi acuerdo del Brexit”, lo resumió un diputado laborista. Las filas a la izquierda del principal partido de la oposición están de acuerdo con la convocatoria, pero solo si el acuerdo del Brexit no sale adelante. Los nacionalistas escoceses, por su parte, también quieren ir a las urnas, pero no bajo las condiciones impuestas por Johnson.
En el partido independentista vuelve a crecer la opción de una moción de censura, que permitiría fijar los comicios para antes de esa fecha. Eso sí, sería difícil aprobarla, ya que el ‘premier’ superó hoy una moción de confianza por 14 votos. La clave fueron los 10 unionistas norirlandeses, furiosos con el acuerdo del Brexit firmado por Johnson pero no lo suficiente como para tumbar su Gobierno. Eso sí, no es descartable que el propio Johnson aceptara un ‘suicidio’ parlamentario si con eso consigue ir a las urnas.
Una de las exigencias que los líderes europeos se estaban planteando hacer para aceptar una nueva prórroga del Brexit de tres meses era, precisamente, la de sacar las urnas. Precisamente, los laboristas anunciaron que apoyarían la convocatoria de elecciones si la posibilidad de que no hubiera una salida sin acuerdo desaparece. Y las dos cosas pueden ocurrir a la vez: de aceptar las urnas, la prórroga se daría por concedida. Por contra, la oposición corre otro riesgo si rechaza las elecciones: en ese caso, la UE podría darlo por imposible y negar la prórroga de tres meses que habían pedido, dejándoles sin más alternativa que aprobar el acuerdo de Johnson, justo lo que no quieren hacer.
Llegados a este punto, celebrar elecciones anticipadas era ya la mejor salida para casi todos los partidos. Los ‘tories’ confían en lograr la mayoría prometiendo “hacer el Brexit de una vez” y pasar por alto su falta de propuestas en el resto de temas, mientras que los defensores de la permanencia saben que la única forma de detener el proceso es conseguir un mandato para celebrar un segundo referéndum laboristas o cancelar el Brexit de raíz liberales.
Sin embargo, hay un gran miedo entre los diputados laboristas a que celebrar unas elecciones centradas en el Brexit les salga mucho más caro que hacerlas una vez que el tema esté ya solucionado y puedan atacar a Johnson en asuntos de sanidad, servicios públicos o economía, donde las encuestas les dan una mayor aprobación. El número de rebeldes que rechacen las elecciones puede ser grande, aunque si los ‘tories’ y demás partidos opositores se suman al acuerdo, apenas harán falta unos 60 votos laboristas.