Golpe de sorpresa a la industria alemana
El dato que publica hoy Destatis siembra dudas sobre la esperada recuperación del sector industrial, que viene lastrando a la economía desde hace un año. Los nuevos pedidos a fábrica suele ser indicador fiable para los próximos meses en la industria. En diciembre, cayeron un 2,1% y cierran 2019 con un desplome del 8,7%, el peor año registrado desde 2009. El sector no había experimentado dos años consecutivos de caídas desde hace 18 años.
El dato que publica hoy Destatis siembra dudas sobre la esperada recuperación del sector industrial, que viene lastrando a la economía desde hace un año. Los nuevos pedidos a fábrica suele ser indicador fiable para los próximos meses en la industria. En diciembre, cayeron un 2,1% y cierran 2019 con un desplome del 8,7%, el peor año registrado desde 2009. El sector no había experimentado dos años consecutivos de caídas desde hace 18 años.
Las encuestas de actividad venían anticipando que la crisis industrial que padece Alemania había tocado fondo y por la confianza que mostraban para 2020 los fabricantes. Pero la realidad está siendo más dura de lo esperada y la entrada de pedidos al sector ha vuelto a caer para sorpresa de propios y extraños. Los encargos cayeron un 2,1%, respecto a noviembre, ajustadas las cifras a calendario. Una caída en magnitud a cuando el pasado verano se vivieron los momentos más difíciles para el sector con un descenso histórico de las exportaciones por culpa del Brexit y las tensiones comerciales. Las nuevas órdenes cayeron en ocho de los últimos doce meses.
Los pedidos ajustados a precio fueron un 1,3% más bajos que en septiembre. La demanda procedente de la zona del euro disminuyeron un 13,9%, anulando el buen comportamiento de los pedidos internos, que subieron un 1,4%, y del aumento de pedidos de clientes de fuera de la Unión Europea.
Las cifras son preocupantes porque a mayor pedidos aumenta la producción para los siguientes meses. De esta manera, el sector cierra un 2019 de auténtica pesadilla que llevó a toda la economía alemana al borde de la recesión el año pasado. La caída anual se situó en el 8,7%, el mayor descenso experimentado por la industria desde 2009. Pero lo más preocupante es la tendencia. Por primera vez en 18 años registra dos ejercicios consecutivos de descensos. Y las nuevas órdenes cayeron en ocho de los últimos doce meses.
Mientras en 2018 la caída se debió principalmente a pedidos extranjeros más débiles, en 2019 ha estado marcado por la debilidad de la demanda interna que han caído más rápido que las peticiones extranjeras. Tanto los expertos como el propio Gobierno esperaban que 2020 fuera el año de la recuperación. Alemania creció en 2019 a un ritmo del 0,6%, el más bajo desde 2013, y el Ministerio de Economía apunta a que el PIB crecerá un 1,1% este ejercicio. “Sospechamos que la economía ha alcanzado su punto más bajo y esperamos que el impulso se acelere gradualmente en 2020, pero todavía no hay evidencia de una recuperación significativa”, indica el economista de Bloomberg, Jamie Rush.
“Por mucho y por mucho que lo intentemos, no podemos hacer que las perspectivas a corto plazo para la industria alemana se vean mejor de lo que son actualmente, calamitosas”, señala Carsten Brzeski, economista jefe de ING Alemania. El experto recuerda que en los últimos meses han mejorado la confianza empresarial en base a la tregua comercial que se han dado China y EEUU.
Sin embargo, la crisis del coronavirus amenaza con un nuevo hachazo a la industria alemana. “La interrupción de los negocios en China por el coronavirus va a tener un nuevo impacto obligado en las exportaciones de los fabricantes alemanes y la confianza empresarial para los próximos meses”, subraya Phil Smith, economista de IHS Markit.
El gran impacto en la economía china será suficiente para afectar a la industria alemana y retrasar cualquier recuperación. China es el mayor socio comercial de Alemania. El gigante asiático es el tercer destino mayor de sus exportaciones y desde donde más productos importan, según datos de Comtrade. La actividad en China prácticamente ha estado tres semanas congeladas entre las vacaciones de comienzo de año y el brote de coronavirus. Las autoridades chinas ha advertido que el crecimiento económico puede caer al 5% o incluso menos debido a la enfermedad.