FMI: El coronavirus engordará la deuda pública de España
El Fondo Monetario Internacional presentaba el miércoles su Monitor Fiscal en Washington como parte de las reuniones de primavera que dadas las circunstancias se celebran virtualmente. El equipo liderado por Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales de la institución reitera en el informe el papel crucial que juega la política fiscal para paliar los efectos de la peor crisis económica desde la Gran Depresión.
“En tiempos de pandemia, la política fiscal es clave para salvar vidas y proteger a las personas”, explicó Gaspar durante su rueda de prensa para presentar el documento, incidiendo en que “los gobiernos tienen que hacer lo que sea necesario”.
El Monitor Fiscal pone de manifiesto como los gobiernos pueden ofrecer líneas de emergencia para salvar vidas; proteger a las personas de la pérdida de empleos e ingresos, y a las empresas de la quiebras y permitir una recuperación. De hecho, como ya adelantó la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, hasta ahora, los países han tomado medidas fiscales por un valor de aproximadamente 8 billones de dólares para contener la pandemia y el daño a la economía.
Eso sí, la pandemia y el apodado como “Gran Confinamiento” asociado con el coronavirus “derivará en aumentos en la deuda y déficits más allá de los registrados en la crisis financiera mundial”, advertía Gaspar.
En el caso de España, el FMI proyecta que el déficit alcanzará en 2020 el 9,5% del PIB, es decir, más que triplicará los niveles registrados en 2019 y el mayor desde el rescate bancario de 2012. Para 2021, cuando la institución baraja una recuperación como su escenario base, el déficit cederá hasta el 6,7%. Esta dinámica hará que la deuda bruta del gobierno ascienda hasta el 113,4% del PIB en 2020 y avance aún más el año que viene, hasta el 114,6% del PIB.
Previamente, el director del Departamento Europeo del Fondo, Poul Thomsen, dijo que todos los países europeos pueden y deben reaccionar “con fuerza” a la crisis económica desatada por la pandemia de coronavirus, respaldando los esfuerzos de los gobiernos para aumentar el gasto. “Se dice que el déficit fiscal en Europa aumentará en aproximadamente un 6% del PIB en 2020. Esto es grande, pero es totalmente apropiado en la crisis actual”, recalcó. Al mismo tiempo puso de manifiesto que todos los países tienen el espacio necesario para reaccionar con fuerza y apropiadamente a la pandemia.
No obstante, Gaspar clarificó en su rueda de prensa que “a medida que la pandemia disminuya y la economía se recupere en 2021, se espera que los coeficientes de deuda pública se estabilicen en nuevos niveles más altos”, advirtiendo que si el escenario más adverso incluido en las Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) se materializara, “estos niveles serán aún más altos y la dinámica de la deuda más desfavorables”. Para Gaspar, los gobiernos deben hacer lo que sea necesario para paliar la situación derivada por la pandemia pero también deben asegurarse “de guardar los recibos”.
“En tiempos de pandemia, la política fiscal es clave para salvar vidas y proteger a las personas”
Según el FMI, la capacidad institucional y financiera de los países influirá en el tamaño de los salvavidas que puedan ofrecer junto con el diseño y el tipo de medidas. En este sentido, las economías avanzadas pueden confiar en una amplia gama de instrumentos en el frente de los gastos, impuestos y liquidez para apoyar a las personas y las empresas dados sus fuertes sistemas de beneficios fiscales.
Gaspar ejemplificó con Estados Unidos y Alemania y su extension a los subsidios por desempleo, que también incluyen a los autónomos; el aplazamiento del impuesto sobre la nómina; y subsidios salariales para pequeñas y medianas empresas. También mencionó como muchos países europeos han implementado líneas liquidez, como préstamos o garantías asequibles, que muchos trabajadores, pequeñas empresas y empresarios independientes puedan costear sus facturas, costear su deuda y mantener a la gente en la nómina. Todo ello debe evitar cicatrices permanentes y limitar tanto los despidos como las quiebras.
Todas estas medidas que deben dirigir su apoyo a los hogares para garantizar el acceso a bienes y servicios básicos y a un nivel de vida decente, deben implementarse de manera temporal y eficiente. El FMI exige una contabilidad precisa; divulgación de información frecuente, oportuna y completa; así como la adopción de procedimientos para permitir la evaluación posterior y la rendición de cuentas. “Hay que evaluar, monitorear y divulgar los riesgos fiscales porque no todas las medidas tendrán efecto inmediato sobre déficit y la deuda”, reconoció Gaspar.