Europa se juega cerrar el peor mes
Aunque las ventas masivas en bolsa empezaron una semana antes, el mes de marzo será recordado en la historia de los mercados como el crash del coronavirus, y no es para menos porque a falta de contabilizar la sesión de mañana, las pérdidas en renta variable han sido brutales en prácticamente todos los principales selectivos del mundo.
El EuroStoxx 50, a falta de esa última jornada, cae cerca de un 17% desde el primero de marzo, lo que lo convierte en el tercer peor mes de la historia, solo superado por octubre de 1987, coincidiendo con el lunes negro en el que el pánico se apoderó de los inversores tras meses de ganancias bursátiles (se mes el índice de referencia en el Viejo Continente perdió un 21,48% de su valor) y septiembre de 2002, cuando estalló por fin la burbuja de las puntocom, haciendo caer al selectivo un 18,64%.
En Wall Street, los descensos han sido considerablemente menores, sin embargo, también dejarán grabado el mes de marzo en la memoria de analistas e inversores como uno de los más dolorosos de la historia reciente. Desde el lunes día 2, el S&P 500 se ha desplomado cerca de un 14%, algo que no había ocurrido desde octubre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers que precedió a la gran crisis financiera y en la que el índice de Standard&Poor’s cayó un 16,94%. No obstante , en Estados Unidos la historia bursátil de este índice es mucho más longeva, por lo que hay hemeroteca suficiente para señalar meses mucho peores que el que está a punto de acabar. Ejemplos son agosto del 98, octubre del 87, mayo del 40, marzo del 38, febrero del 33, mayo del 32 o septiembre del 31, que fue el peor mes de la historia para el S&P 500, con un retroceso de casi el 30%. Antes, el Dow Jones había caído casi un 21% en el lunes negro de octubre de 1929 y casi un 30% en diciembre de 1914, con el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Y la gran pregunta que todo el mundo se hace pero nadie sabe responder con certeza es si ya hemos visto el suelo de la caída o todavía queda por delante una segunda pata de la corrección. Dave Lafferty, director de estrategia de Natixis, estima que “todavía tienen que caer más los mercados, aunque es probable que ya hayamos visto el 70 o el 80% de las caídas. No obstante, las estimaciones de beneficio todavía apuntan a un crecimiento de las ganancias en 2020 en Wall Street y con una gran parte de la economía parada entre 2 y 4 meses eso es simplemente inimaginable”.
Ya han comenzado a publicarse los primeros datos macro que han empezado a medir los estragos que han causado, y causarán, las estrictas medidas de confinamiento y parálisis de la actividad en las principales economías del mundo. En la eurozona, los PMI ya apuntan a contracciones históricas mientras que la petición de subsidios por desempleo en Estados Unidos se elevó también a una cifra récord la pasada semana.
Con el objetivo de apoyar las medidas de gasto de los gobiernos y la afluencia de crédito hacia las empresas, los grandes bancos centrales han puesto todas las herramientas que tenían disponibles al servicio de la economía, llevando los tipos al 0% y poniendo en marcha programas de compra de activos en volúmenes y formas nunca antes vistos. “Cuanto más dure, mayor será el riesgo de que tengamos que revisar a la baja nuestras previsiones de una recuperación gradual en el segundo semestre”,explica Esty Dwek, de Natixis. “Seguimos vigilando los mercados de crédito y financiación, para ver si las medidas masivas de los bancos centrales ayudan a relajar el reciente estrés, algo en lo que de momento confiamos que pueda resultar en evitar los riesgos sistémicos y una crisis de crédito”, añade la experta. Pese a estos estímulos, los spreads de la renta fija soberana se han ensanchado este mes, especialmente en los países periféricos de Europa. El único activo de deuda en el que la rentabilidad ahora exigida es menor a la del comienzo de marzo es en la americana, la cual ha descendido en algo más de 50 puntos básicos hasta situarse en el entorno del 0,6%.
Como es lógico, esta crisis no ha afectado a todos los sectores económicos por igual, prueba de ello es que el sanitario europeo sólo ha cedido algo más de un 8% en este mes, y los minoristas de consumo básico entre un 11 y un 13%. Por contra, una industria que ha sido especialmente castigada ha sido la del turismo y el ocio, que se ha desplomado más de un 30% sólo en marzo. Lo sectores bancario, automovilístico e inmobiliario también han sufrido importantes pérdidas. Al igual que el del petrolero, el cual ha sido penalizado por otro conflicto de forma paralela como ha sido la guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia, dos de los grandes productores mundiales, que ha llevado al crudo a desplomarse más de un 54% desde el primero de mes, la mayor caída mensual de su historia.
Tampoco ha sido homogéneo el desplome en función del país, dentro de Europa. En este sentido, el Ftse Mib italiano y el Ibex se han visto más afectados, con descensos superiores al 23% en el mes, mientras que el resto de los grandes índices han tenido correcciones inferiores a los 20 puntos porcentuales, siendo el mejor parado el Ftse 100 británico. Para el índice nacional ha sido el peor mes de toda su historia, desde que fue creando en el año 1992.