Estados Unidos exigirá a China un control de sus divisas para apuntalar el pacto comercial
Pekín volvió el martes a ofrecer un mensaje optimista sobre la marcha de las conversaciones de la Fase 1 del acuerdo comercial con Estados Unidos. El vice primer ministro chino, Liu He, mantuvo a primera hora de la jornada una conversación telefónica con el representante comercial de EEUU, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. Tras la llamada el Ministerio de Comercio del gigante asiático indicó que ambos países habían “logrado un consenso para resolver los asuntos adecuadamente”.
Un tono más esperanzador que después respaldó el propio presidente de EEUU, Donald Trump, quien reiteró que las negociaciones comerciales con China “van muy bien”. “Estamos en la parte final de un acuerdo muy importante. Creo que se podría decir que es uno de los acuerdos comerciales más importantes”, señaló. Todo ello en una jornada en la que el Departamento de Comercio publicó que la brecha comercial de bienes cayó el mes pasado un 5,7% a 66.500 millones de dólares, mínimos de los últimos 17 meses.
“Estamos en la parte final de un acuerdo muy importante”
Estas declaraciones se produjeron después de que durante el fin de semana, la segunda mayor economía del mundo diera a conocer nuevas propuestas para frenar el robo de propiedad intelectual y cesar la transferencia forzada de tecnología.
La cuestión es qué ocurrirá en las próximas jornadas. El Gobierno de Xi Jinping cederá a las presiones de Washington, que también incluyen un compromiso para aumentar las compras agrícolas estadounidenses hasta los 50.000 millones de dólares, solo si la Administración Trump está dispuesta a deshacer los aranceles impuestos hasta la fecha sobre productos chinos por valor de 360.000 millones de dólares. Tampoco hay que olvidar que, de momento, EEUU tiene todavía previsto imponer un arancel del 15% sobre bienes de consumo chinos por valor de 160.000 millones de dólares el próximo 15 de diciembre.
Miras a la segunda fase
Aunque los tímidos avances en asuntos clave como reforzar los derechos de propiedad intelectual son bienvenidos, los plenos objetivos que busca la Casa Blanca se buscarían en próximas fases, de ahí que exista cierta reticencia a eliminar la presión ejercida por los gravámenes. De momento, además de incrementar las importaciones agrícolas procedentes de EEUU, Trump quiere que China se comprometa a no devaluar su divisa con fines competitivos. Recordemos que el Departamento del Tesoro de EEUU calificó oficialmente a Pekín como un manipulador de su divisa el pasado agosto.
La posibilidad de lograr una primera fase del acuerdo que incluya solo compromisos limitados y deje para más adelante los temas más peliagudos favorecería la campaña presidencial de Trump, que se enfrentará en noviembre del próximo año a la reelección. Sin embargo, también pone de manifiesto la dificultad que supondrá lograr las metas para forzar a China a implementar cambios estructurales.