Empresas y legisladores presionan a Trump
A medida que el COVID-19 continúa ahondando su impacto en la economía de Estados Unidos, las empresas, fabricantes y legisladores del país miran a los aranceles impuestos hasta la fecha por la Administración Trump, como uno de los puntos de fricción que distorsionan aún más las consecuencias de la pandemia.
Mientras la Casa Blanca y el Congreso continúan enfrascados en buscar medidas de estímulo fiscal, el consenso estima que cancelar los gravámenes impuestos a las importaciones de acero y aluminio así como a los productos procedentes de China podría sumarse al grupo de recetas para paliar el contagio económico.
En estos momentos, la reducción de aranceles no parece ser parte del plan que contempla la Casa Blanca, que hasta ahora favorece otras iniciativas, como por ejemplo suspender parcialmente los impuestos sobre la nómina. Pero las conversaciones son fluidas dado que se busca que los funcionarios del gobierno y los legisladores logren finalizar algún tipo de acuerdo a finales de semana, dado de que el Capitolio tiene previsto un receso a partir de la próxima semana.
La Asociación Nacional de Fabricantes exigió esta semana a la Casa Blanca que desarrolle una lista específica de productos chinos donde “los aranceles y las represalias pueden suspenderse o eliminarse para estimular el crecimiento económico y la creación de empleo”.
Al fin y al cabo, las empresas estadounidenses que confían en las cadenas de suministro chinas han sufrido un importante golpe como resultado del brote continuo de coronavirus.
“Las manufacturas son las primeras en sufrir las tensiones en las interrupciones del suministro”, explica Sarah House, economista de Wells Fargo Securities, quien asegura que aunque los inventarios fueron generalmente altos a principios de año, los retrasos prolongados podrían obligar a las empresas a suspender la producción y despedir a los trabajadores para conservar su flujo de caja. “Si las empresas y los hogares reducen el gasto , la debilidad puede persistir incluso cuando los proveedores estén completamente en funcionamiento”, avisa.
Según POLITICO, citando al presidente de la Asociación de Minoristas de Ropa y Calzado de EEUU, Steve Lamar, la decisión más efectiva sería eliminar los aranceles impuestos a las importaciones procedentes de China. Cabe recordar que pese al acuerdo de Fase 1 alcanzado por Washington y Pekín, EEUU todavía grava alrededor de 350.000 millones de dólares en productos procedentes del gigante asiático.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos “respaldaría cualquier decisión de la administración de reducir, eliminar o suspender los aranceles”, según un portavoz que señala a su vez la reciente suspensión de aranceles de la Oficina del Representantes Comercial de EEUU (USTR) sobre equipos médicos fabricados en China. Una decisión similar que cubra más productos “sería un paso positivo para apoyar los esfuerzos para combatir el virus”.
En el Capitolio esta idea no terminó de calar hondo entre los legisladores republicano, que consideran que es imprescindible mantener la presión sobre China, sobre todo de cara a futuras negociaciones pero, sin embargo, señalaron un posible alivio arancelario en lo que al acero y el aluminio se refiere.