El Santander admite que el coronavirus afecta negativamente
El Banco Santander admite que la pandemia del coronavirus impactará negativamente en su negocio de México y EEUU. El grupo financiero, que está reorientando sus objetivos para 2020, a pesar de que reconoce que aún es pronto para conocer cuáles serán los efectos reales de la alerta sanitaria, asegura que espera que la pandemia “tenga un impacto negativo” en el negocio de México tanto en los resultados de 2020 como en los de la primera mitad de 2021. “No esperamos poder lograr los resultados financieros de 2020 que se fijaron como objetivo en la guía que proporcionamos en enero de 2020”, asevera.
El banco señala que el impacto de la pandemia apenas tendrá reflejo en las cuentas del primer trimestre del año en la filial mexicana porque la cuarentena comenzó después de la segunda semana de marzo. No obstante, espera que los resultados de lo que queda de año “se vean afectados negativamente por la pandemia del COVID-19” y considera que la magnitud del impacto dependerá en parte del tiempo que permanezcan en vigor la cuarentena.
El grupo señala que las medidas tomadas por el Gobierno del país, junto con una economía más débil, dará lugar a tasas de interés más bajas y un tipo de cambio más flojo que pueden afectar negativamente en el negocio futuro, incluyendo la disminución de los volúmenes de préstamos y las transacciones que generan comisiones, la reducción de los márgenes en los préstamos y la necesidad de las provisiones para pérdidas por deterioro. “Estos efectos ya habían comenzado a producirse a finales del primer trimestre de 2020 y se espera que continúen”, apuntan.
“Nuestras operaciones y resultados se han visto afectados negativamente por el brote de coronavirus, que esperamos que tenga un efecto adverso material continuado y probable en nuestro negocio y en los resultados de las operaciones”, recalca el grupo en un comunicado emitido al regulador de los mercados de México.
El Santander ha puesto en marcha en el país azteca, al igual que en España, medidas de aplazamiento del pago de los préstamos para dar holgura a los problemas de liquidez que puedan afrontar los clientes afectados por el coronavirus. El banco admite que si al final del período de gracia previsto en estos programas, los clientes no cumplen con sus obligaciones de pago dará lugar a niveles más altos de préstamos en mora, lo que se traducirá en la dotación de provisiones adicionales. “Esperamos que los préstamos en mora y la provisión para pérdidas por deterioro aumenten entre la segunda mitad de 2020 y la primera de 2021 como resultado de la inscripción de los clientes en dicho programa”, detalla.
En lo que respecta al negocio de créditos al consumo de EEUU, a través de la filial Santander Consumer USA, el banco admite que ha experimentado una disminución significativa en la venta de préstamos y arrendamientos de automóviles, lo que puede afectar negativamente a la capacidad para cumplir con las mediciones clave de rendimiento en virtud del acuerdo que mantienen con Fiat Chrysler Automobiles (FCA), que ha suspendido la producción de vehículos nuevos en ciertas instalaciones de Europa y América del Norte, lo que puede reducir la disponibilidad de vehículos nuevos para los concesionarios una vez vuelvan a abrir o aumente la demanda de los consumidores.
Asimismo, el grupo asegura que ha experimentado un fuerte aumento de las solicitudes de prórrogas de pago y modificaciones en los préstamos de EEUU relacionadas con el COVID-19. Además, ha suspendido temporalmente los embargos involuntarios, “aunque podemos optar por reiniciar los embargos involuntarios en cualquier momento”. Estos programas “pueden tener un impacto negativo en nuestro rendimiento financiero y otros resultados de las operaciones a corto plazo”. Por tanto, reconoce que “el negocio y los resultados de las operaciones pueden verse afectados materialmente y de forma adversa durante un período de tiempo más largo”.
El Santander: “La pandemia puede hacer que experimentemos una mayor pérdida de créditos en nuestra cartera”
El banco advierte que una desaceleración económica sostenida podría dar lugar a una disminución de las ventas de vehículos nuevos y usados, lo que podría afectar al negocio. “La pandemia también puede hacer que experimentemos una mayor pérdida de créditos en nuestra cartera, un menor acceso a la financiación o un aumento significativo de los costes de financiación, además del deterioro del fondo de comercio y otros activos financieros”, apuntan en un comunicado al regulador de los mercados de EEUU.