El Kurzarbeit, la receta de Alemania
El empleo de cientos de miles de alemanes depende a día de hoy, en plena crisis del coronavirus, del ‘Kurzarbeit’, una modalidad de jornada reducida en la que el Estado paga temporalmente hasta dos tercios del salario para impedir que la crisis lleve a despidos masivos.
Grandes compañías como Volkswagen, Bosch, Adidas, ThyssenKrupp Daimler, Tui y Lufthansa se han acogido ya a esta opción, que pretenden solicitar hasta unas 470.000 empresas a causa de la crisis desatada por la pandemia del COVID-19, según los últimos datos recopilados por la Agencia Federal de Empleo (BA).
“El Kurzarbeit es una ayuda de sustitución de salario de carácter temporal. El Estado asume parte del salario para que ante una caída de la producción el empleador pueda reducir la jornada laboral de sus empleados sin que se pierdan puestos de trabajo”, explica a Efe el profesor de Economía de la Universidad Libre de Berlín Markus Helfen.
Si el empleador no tenía dificultades económicas previas y puede demostrar una caída en la producción -independientemente de sus beneficios previos-, puede solicitar que se le aplique este instrumento, apunta el abogado español Jaime Álvarez, que trabaja en Alemania.
Esencial es que no se produzcan despidos. El pronóstico para este año presentado esta semana por el consejo asesor del Gobierno alemán introduciendo el coronavirus en los cálculos tan sólo elevaba la tasa de desempleo del actual 5 % al 5,3 %.
Como mínimo la empresa debe solicitar un 10 % de reducción de jornada para al menos un 30 % de la plantilla, pero puede llegar a pedir un reducción del 100 %. Y renovar su petición con frecuencia, cada pocos meses, hasta un período total de un año.
El empleador debe entonces seguir pagando al trabajador con jornada reducida la parte proporcional de su sueldo. La seguridad social aportará entonces como compensación el 67 % de la diferencia entre el salario original y el reducido (60 % si el cotizante no tiene hijos).
Quienes tienen una reducción del 100 % perciben exclusivamente de la Agencia Federal de Empleo (indirectamente, porque ese organismo reembolsa al empleador) dos tercios de su sueldo y tienen garantizada la vuelta a su puesto de trabajo tan pronto como la situación vuelva a la normalidad.
Además, el Gobierno alemán acaba de reformar la normativa para agregar que las cotizaciones sociales que seguía pagando la empresa por el trabajador las va a asumir también la BA.
“El Kurzarbeit es una ayuda puente para superar crisis coyunturales”, indica Helfen, que recuerda que la medida se instauró en Alemania en los años 50 del siglo pasado como una de las grandes “lecciones” de la gran depresión del período de entreguerras.
El legislador era ya consciente de que ante fuertes shocks económicos son precisas “medidas a corto plazo contra el pánico capaces de romper los círculos viciosos” de caída de la producción, despidos y derrumbe subsiguiente de la demanda.
Helfen considera que es la “respuesta adecuada” a la crisis actual, a pesar de que el actual contexto es muy distinto al de, por ejemplo, 2008-2009, porque aquella comenzó con el colapso financiero y esta ha sido originada por una pandemia, un “shock exógeno” a la economía.
Pero esta diferencia podría llegar a supone un desafío para la seguridad social alemana. Porque el ‘Kurzarbeit’ está pensado para momentos puntuales, pero podría encontrarse con problemas si la situación se prolonga en el tiempo.
“Nadie sabe cuánto tiempo va a durar este crisis. Este instrumento es adecuado para la situación, pero si la crisis se alarga puede topar con dificultades”, indica Helfen, que espera que tras un parón de tres a seis meses comience la recuperación.
Hasta dos millones de trabajadores
Algunas fuentes calculan que hasta 2,1 millones de trabajadores podrían reducir jornada con garantía de empleo, algo más de los 1,5 millones que se sumaron al ‘Kurzarbeit’ durante la crisis financiera de 2008-2009.
Algunas estimaciones apuntan que la BA podría tener que llegar a desembolsar hasta 25.000 millones de euros en los próximos meses para pagar esta ayuda si se prolonga la crisis y más empresas se suman.
“Cuando más larga y profunda sea la crisis más riesgo hay de que el ‘Kurzarbeit’ se acabe sobrecargando”, advierte Helfen.