El coronavirus empuja a Italia hacia la recesión
Los más débiles son los más vulnerables frente al virus que se está difundiendo, explican las autoridades sanitarias italianas. La economia transalpina no es la excepción: debilitada por varios factores (entre otros la inestabilidad politica) ahora el coronavirus podría darle el golpe de gracia. Hace diez días las previsiones de la Comisión Europea colocaban a Roma como farolillo rojo del Continente, con un progreso del PIB previsto para 2020 de apenas el 0,3%.
La Oficina presupuestaria del Parlamento italiano era aún más pesimista, con un crecimiento previsto del 0,2%. Ahora la factura de las medidas tomadas para evitar la difusión del virus en las regiones del Norte del país, las más ricas y productivas de Italia, promete ser pesada.
Según ha explicado el Gobernador del Banco Central de Italia, Ignazio Visco el impacto económico del coronavirus podría ser “superior al 0,2%”. Eso implica una recesión segura. De hecho durante toda la próxima semana todas las regiones del Norte, las más ricas de Italia (Lombardia, Veneto, Piemonte Emilia Romagna, Friuli Venezia Giulia, Trentino y Liguria) cerrarán escuelas, universidades y en algunos casos oficinas públicas.
En Lombardia, donde se encuentran los principales focos del contagio, la orden es aun más estricta y prevé la suspensión de cualquier acontecimiento o reunión “en sitio público o privado”. Las empresas no han cerrado y muchas (entre otras gigantes como la eléctrica Enel o la petrolera Eni) han acogido la petición de favorecer el teletrabajo, pero el ritmo de trabajo está muy por debajo de los normal. La telefonica TIM, por ejemplo, ha suspendido cualquier tarea de mantenimiento no urgente en las regiones afectadas.
Bloqueo en la máquina productiva
Lombardia, Veneto y Emilia Romagna juntas producen el 40% del PIB transalpino, es decir unos 700.000 millones de euros anuales. Bloquear totalmente la maquina productiva de esta tres regiones – que además representan el 50% de las exportaciones – durante un solo día supone una perdida de 1.900 millones.
La posibilidad de una o hasta dos semanas de cierre en el Norte del país es una autentica pesadilla económica. Lo demuestra la preocupación de los inversores: el lunes la Bolsa de Milán anuló casi todas las ganancias de lo que va de año con un caída del selectivo Ftse MIB superior al 5%, mientras el diferencial de la prima de riesgo volvió a superar los 140 puntos básicos.
Mientras tanto el Gobierno de Giuseppe Conte, además de impulsar medidas de seguridad que no tienen antecedentes en la historia democrática del país, busca la manera para no perjudicar demasiado a la economía.
Hay efectos negativos sobre todo para el sector del lujo: los consumidores chinos representan alrededor del 33% de su mercado
La semana pasada el ministro de Desarrollo Stefano Patuanelli se presentó delante de los empresarios de Assolombarda, la patronal de Milán, prometiendo 1.000 millones de ayudas a las empresas para las exportaciones y otros estímulos fiscales. Ahora que el virus ha paralizado el corazón productivo de Italia el Gobierno estudia medidas adicionales.
A través de un decreto el Ejecutivo prevé suspender el pago de impuestos, de hipotecas y hasta de las facturas de electricidad en los ayuntamientos de la “zona roja”, es decir los focos del contagio donde el cierre de las actividades es total.
“Es pronto para evaluar los daños del coronavirus a la economía italiana, pero es importante ser conscientes que tendrán impacto sobre un cuadro económico ya muy difícil” explicó a la prensa Licia Mattioli, vicepresidente de la patronal Confindustria añadiendo, al termino de una semana de la moda con varios desfiles celebrados a puertas cerradas, “hay efectos negativos sobre todo para el sector del lujo: los consumidores chinos representan alrededor del 33% de las compras realizadas por turistas en Italia”.