El acuerdo comercial entre China y EEUU tropieza con las compras agrícolas
Nuevos escollos prometen enfriar los avances registrados hasta la fecha en las negociaciones de la Fase 1 para un acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Según adelantó el Wall Street Journal citando fuente oficiales del gigante asiático, el gobierno de Xi Jinping quiere evitar que cualquier plan parezca beneficiar más Washington que a Pekín.
En este sentido, la disputa sobre el compromiso chino a aumentar la compra de productos agrícolas estadounidenses se postula como uno de los principales puntos de fricción surgidos en los últimos días dado que los negociadores chinos son reacios a incluir una cifra concreta en el texto final.
El presidente de EEUU, Donald Trump, adelantó el pasado 11 de octubre tras reunirse con el viceprimer ministro chino, Liu He, que la segunda mayor economía del mundo aumentaría la compra de soja, carne de cerdo y otros bienes entre 40.000 y 50.000 millones de dólares anuales, una cifra que China nunca llegó a confirmar.
Al mismo tiempo, mientras el Ministerio de Comercio chino indicó la semana pasada que ambos países habían acordado deshacer escalonadamente los aranceles impuestos hasta la fecha. Una información posteriormente desmentida por el propio presidente de EEUU, quien el martes reiteró que sólo aceptará un plan que beneficie a su país. De lo contrario, amenazó con aumentar los aranceles a los productos chinos “sustancialmente”.
Por su parte, Robert Lighthizer, el representante comercial de EEUU, no está dispuesto a revertir dichos gravámenes a menos que Pekín muestre más flexibilidad en las demandas de Washington mientras que Larry Kudlow, el director del Consejo Económico Nacional, indicó en una entrevista con la CNBC que la administración Trump no haría ajustes en sus gravámenes hasta tener garantizado un acuerdo.
Algo que no parece estar ocurriendo dado que un funcionario chino aseguró al WSJ que el país “siempre puede detener las compras si las cosas vuelven a empeorar”. De esta forma, China busca presionar a EEUU para que elimine los aranceles del 15% sobre productos chinos valorados en unos 125.000 millones de dólares que entraron en vigor el 1 de septiembre y no implemente los mismos gravámenes sobre un catálogo de bienes de consumo chino por valor aproximado de 160.000 millones de dólares previstos para el 15 de diciembre. También quiere que se deshagan los gravámenes impuestos sobre productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares.
Durante la jornada del miércoles, Trump también se manifestó sobre qué ocurrirá con los posibles aranceles a las automotrices extranjeras. Al ser preguntado sobre cuándo tomará una decisión sobre si implementará estos gravámenes, el mandatario dijo que lo hará “pronto”. “He sido plenamente informado y tomaré una decisión muy pronto”, indicó. Varios medios indicaron que el presidente de EEUU podría retrasar otros seis meses si tasará o no a las automotrices, con miras a Europa, mientras ambas partes negocian un posible acuerdo.