EEUU requerirá otro estímulo de hasta 2 billones
El optimismo de las pequeñas y medianas empresas estadounidenses, la columna vertebral del empleo a este lado del Atlántico, sufrió en marzo su mayor caída histórica en un momento en que el líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, indicó el martes que los legisladores tendrán que aprobar pronto una nueva remesa de financiación para el fondo creado el pasado mes como salvavidas para las PYMES patrias.
En un comunicado, McConnell reconoció que el fondo inicial, con 350.000 millones de dólares, tendrá que contar con más fondos próximamente dada la fuerte demanda. El líder de la Cámara Alta trabajará con el demócrata Chuck Shumer y la Casa Blanca para que esto ocurra esta misma semana. Previamente, en un tuit, el senador republicano, Marco Rubio, avisó que necesitarían entre 200.000 y 250.000 millones de dólares adicionales.
Desde el pasado viernes, cuando se puso en marcha el programa inicial como parte del programa de alivio de 2,2 billones de dólares aprobado a finales de marzo, los bancos y prestamistas se han visto desbordados por el número de solicitudes. Los préstamos pueden concederse por un máximo de 10 millones para empresas con menos de 500 empleados y su meta es cubrir dos meses de costes. El gobierno perdonará dicha deuda si la compañía en cuestión evita realizar despidos.
Sin embargo, la aprobación de financiación adicional así como de la próxima partida de estímulos, conocida como la Fase 4 y cuyo coste podría oscilar entre 1 y 2 billones de dólares, puede enfrentar escollos después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, optase el martes por despedir a Glenn Fine, el inspector general en funciones del Pentágono encargado de supervisar la gestión la implementación del paquete fiscal de aproximadamente el 9% del PIB de EEUU.
Antes de conocerse este hecho, los demócratas en el Senado esquivaron dar respuesta a un posible bloqueo del financiamiento a las pequeñas empresas en un intento por garantizar que algunas de sus prioridades, incluida una mayor remuneración para los trabajadores esenciales, se incluyan en el próximo paquete de ayuda.
“Tanto el presidente de EEUU como los líderes del Congreso se están centrando cada vez más en rellenar el fondo de los préstamos para pequeñas empresas y una segunda ronda de “cheques” de estímulo directo para individuos”, señala Andrew Hollenhorst, economista de Citi. A Hollenhorst no le sorprendería ver otros componentes, incluida más ayuda para los gobiernos estatales y locales. “En total, esto podría ascender a otros 500.000 millones de dólares o un billón de dólares en estímulos directos y podría promulgarse a fines de abril o principios de mayo”, destaca.
Para Mark Zandi, economista jefe de Moody´s Analytics, serán necesarios un cuarto o incluso un quinto paquete fiscal antes de finales de este año. “El tamaño y el alcance de los paquetes dependerán en eventos entre ahora y entonces, pero estamos asumiendo que costará cerca de 2 billones de dólares adicionales”, indica en un informe. Zandi considera que “una parte lógica del próximo tramo sería hacer grandes inversiones en salud”.
Desde el azote de la pandemia, el Congreso de EEUU y Trump han aprobado distintas remesas de ayuda para paliar su impacto económico. Primero se dio luz verde a 8.300 millones de dólares para la compra de material médico. Posteriormente, el presidente declaró el Estado de Emergencia Naciona, que activó la Ley Stafford, liberando ayudas por valor de 50.000 millones de dólares a los estados. Posteriormente se instauró otra ley que destinó 104.000 millones de dólares para facilitar bajas remuneradas, incremento de los subsidios por desempleo, pruebas gratuitas y más fondos para los programas de asistencia alimentaria. Finalmente se concretó el paquete por valor de 2,2 billones de dólares, que incluye pagos directos a los ciudadanos, ayudas a las PYMES así como a empresas e industrias afectadas por el coronavirus.