Bruselas vigila el rastreo de móviles
La Unión Europea exige que las nuevas herramientas digitales contra el coronavirus Covid-19 eviten la vulneración de derechos fundamentales y de la protección de datos. La Comisión Europea ha enviado a los países una serie de directrices para garantizar que las aplicaciones cumplen con la normativa tras la aprobación del rastreo de móviles impulsado por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para extraer datos sobre movimientos de los ciudadanos.
Bruselas indica que una aplicación de este estilo debe respetar el principio de minimización de los datos. Obliga a que solo puedan tratarse los datos personales “pertinentes y limitados” a los fines en cuestión. Europa considera que “los datos de localización no son necesarios a efectos de rastreo del contacto” y recomienda “no utilizarlos en este contexto”.
El documento de la Comisión Europea recuerda que “es importante garantizar que los ciudadanos de la UE puedan confiar plenamente en estas soluciones digitales innovadoras y utilizarlas sin reservas”. Aunque Bruselas reconoce que estas herramientas serán fundamentales ante la crisis vírica, subraya que “es necesario que los ciudadanos cuenten con la suficiente protección de sus datos personales y vean limitado el grado de injerencia cuando usen estas aplicaciones”.
El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, sostiene que “los datos sobre la salud de nuestros ciudadanos recogidos en estas aplicaciones son muy sensibles y tenemos el deber de protegerlos”. Reynders destaca que “apoyamos el desarrollo seguro de aplicaciones y protegen los datos personales de nuestros ciudadanos, en consonancia con las estrictas normas de la UE en materia de protección de datos. Vamos a salir de la crisis sanitaria, manteniendo intactos nuestros derechos fundamentales”.
Por su parte, la vicepresidenta europea de Valores y Transparencia, Vera Jourová, apunta que “el respeto de las normas de protección de datos de la UE contribuirá a garantizar que se respetan nuestra privacidad y derechos fundamentales y que el enfoque europeo sea transparente y proporcionado”.
La Unión Europea exige a los países que establezcan “claramente y desde el principio” qué instancia debe rendir cuentas sobre el cumplimiento de las normas de protección de datos personales de la UE. Dada la alta sensibilidad de los datos y la finalidad última de las aplicaciones, Bruselas estima que esta responsabilidad recae en las autoridades sanitarias nacionales.
Bruselas recuerda que la instalación de una aplicación en el aparato de un usuario debe ser voluntaria. Los ciudadanos deben tener la posibilidad de dar su consentimiento para cada una de las funciones de la aplicación móvil. Si se utilizan datos de proximidad, deben almacenarse en el dispositivo del usuario y compartirse únicamente con el consentimiento del usuario.
La Comisión Europea invoca el Reglamento General de Protección de Datos y subraya que los datos personales no deben conservarse más tiempo del necesario. Exige a los Estados miembro que fijen su conservación en función de su pertinencia médica, así como una duración “realista” de la adopción de las medidas administrativas necesarias.
Con arreglo a las normas sobre protección de datos personales de la UE, los tratados por un tercero deben ser exactos. “Para garantizar la máxima exactitud, que también es fundamental para lograr la eficiencia de las aplicaciones de localización de los contactos, han de emplearse tecnologías como Bluetooth que proporcionen una evaluación más precisa de los contactos entre las personas”, recomienda el informe de Bruselas.
Franciso Pérez Bes, socio de Ecix Group, considera que “la postura de la Unión Europea parece ser la de prever que en el futuro puedan producirse nuevas situaciones, en las que el uso de apps de rastreo como éstas puedan resultar de utilidad. A su juicio, “su insistencia en la necesidad de que su desarrollo respete la privacidad de los ciudadanos es una clara muestra de su apuesta por preservar uno de los pilares sobre los que se construye Europa”.
Pérez Bes, que posee una dilatada experiencia en Derecho Digital y de las Nuevas Tecnologías, considera que “en este caso en concreto, habrá que estar pendientes de cómo estas nuevas aplicaciones, surgidas de un desarrollo urgente, y casi precipitado, dan cumplimiento a las obligaciones de seguridad y de protección de los datos que han captado y almacenan, incluido la revocación del consentimiento y el ejercicio de derechos”.