Boeing cancela la compra de Embraer
Boeing ha roto su alianza con Embraer. El fabricante norteamericano, que atraviesa un momento muy delicado por la crisis del MAX y la pandemia del coronavirus, ha decidido no seguir adelante con la compra del 80% de la división comercial de la brasileña por unos 4.200 millones de dólares y con la creación de joint venture para la búsqueda de nuevos mercados para el avión militar de carga C-390 Millennium y el desarrollo de aerotaxis (movilidad aérea urbana). “Boeing ha rescindido el Master Transaction Agreement (MTA) firmado con Embraer, en virtud del cual las dos compañías buscaron establecer un nuevo nivel de asociación estratégica”, informa la compañía.
“Boeing ha trabajado diligentemente durante más de dos años para finalizar su transacción con Embraer. En los últimos meses hemos tenido negociaciones productivas pero infructuosas sobre las condiciones del acuerdo. Todos intentamos resolverlos antes de la fecha tope, pero no fue así”, asegura Marc Allen, presidente de Embraer Partnership & Group Operations y vicepresidente senior de Boeing. “Es decepcionante. Pero hemos llegado a un punto en que la negociación no va a resolver los problemas”, apunta.
La decisión ha caído como un jarro de fría en el cuartel general de Embraer en Sao Paulo. La compañía asegura que Boeing “ha finalizado injustamente” la alianza y que ha inventado pretextos para saltarse el compromiso de cerrar la transacción y pagarle los 4.200 millones. “Boeing se ha involucrado en un patrón sistemático de demora y violaciones reiteradas del MTA, debido a su falta de voluntad para completar la transacción a la luz de su propia situación financiera, la crisis del 737 MAX y sus problemas comerciales y de reputación”, señala.
Los fabricantes tenían previsto afinar detalles a lo largo de 2019 poniendo el 24 de abril de 2020 como fecha límite para cerrar la operación. Aunque se podía extender el plazo si las dos partes estaban de acuerdo, Boeing ha decidido utilizar la ventana para dar por concluida la aventura. Como la firma que preside David Calhoun alega que Embraer ha incumplido algunos hitos y acuerdos, considera que no debe indemnizar a la compañía por romper la alianza, un punto con el que no coincide la brasileña, que ha anunciado que reclamará daños y perjuicios a Boeing por “anular ilícitamente” el acuerdo.
No hay que olvidar que la firma de EEUU, que perdió 633 millones de dólares el año pasado, no pasa por su mejor momento financiero. En enero obtuvo una línea de crédito extra de 12.000 millones de dólares para hacer frente a las consecuencias de tener el 737 MAX parado, que ya le está pasando una factura de 19.000 millones de dólares. Ahora pide ayudas a la Administración Trump por 60.000 millones de dólares para sobrevivir a la paralización del sector aéreo.
Y es que, desde que Boeing se comprometió a pagar 4.200 millones de dólares por el 80% de la división comercial de Embraer han pasado muchas cosas que han puesto contra las cuerdas a la compañía norteamericana. Dos aviones 737 MAX se estrellaron en menos de cinco meses obligando a la firma a dejar en tierra durante más de un año el modelo, que estaba llamado a ser su nuevo best seller (los aviones de medio y largo radio) y, cuando todavía no había empezado a recuperarse, llegó la pandemia del coronavirus, que ha hundido los pedidos y disparado las cancelaciones y retrasos.
La adquisición de la división comercial de la firma brasileña le iba a abrir la puerta al mercado de los aviones medianos de corto y medio radio (90-120 asientos) que domina Airbus con el A220. El fabricante europeo compró a Bombardier el programa C-Series y actualmente lo explota en solitario.
La alianza estratégica Boeing-Embraer había recibido ya la autorización incondicional para cerrarse por parte de todas las autoridades reguladoras globales (incluidos Estados Unidos, Brasil, China y Japón) con la excepción de la Comisión Europea, que tenía previsto pronunciarse en abril después de haber pedido más información a los fabricantes para analizar las implicaciones de la operación en la libre competencia en el mercado de la aviación comercial, que ya es prácticamente un duopolio coliderado por Airbus y Boeing. La Comisión Europea anunció la semana pasada que el reinició el “reloj en la investigación” sobre este caso el 8 de abril de 2020, por lo que “la nueva fecha límite para la decisión de la Comisión es el 7 de agosto de 2020”.
La UE suele “detener el reloj” en el análisis de las fusiones cuando las partes no proporcionan, a su debido tiempo, una información importante que la Comisión les haya solicitado. Una vez que las partes proporcionan la información que falta, se vuelve a poner en marcha el reloj y el plazo para la decisión de la Comisión se ajusta. Y eso es lo que pasó el ocho abril, fecha en la que Boeing y Embraer dieron a la UE toda la información extra que había solicitado en noviembre.