Airbus reserva 3.600 millones para hacer frente a las multas por corrupción
Airbus prevé pagar una multa récord de 3.600 millones de euros para pasar página al capítulo más oscuro de la historia de la compañía. El fabricante ha llegado a un principio de acuerdo con Francia, Reino Unido y EEUU para poner fin a las acusaciones de corrupción y soborno lanzadas por las autoridades de dichos países por una serie de pagos que la compañía habría realizado a a intermediarios en varios países para asegurar las ventas de aviones comerciales.
“Airbus reservará, en sus cuentas de 2019, una provisión de 3.600 millones de euros para el pago de posibles sanciones a las autoridades francesas, británicas y estadounidenses”, aseguran la compañía en el comunicado en el que ha confirmado “el principio de acuerdo” en el marco de las investigaciones abiertas por el Parquet national financier (PNF), el Serious Fraud Office británico (SFO) y las autoridades de EEUU. El pago va a las autoridades de fraude los tres países e implica que la compañía no será acusada criminalmente por la presunta corrupción en la firma de unos 300 contratos con importes medios de 100 millones.
“Airbus reservará, en sus cuentas de 2019, una provisión de 3.600 millones de euros para el pago de posibles sanciones”
El acuerdo con Reino Unido, donde tiene varias plantas y fabricas las alas del A350, ha sido objeto de un fallo judicial y requerirá la aprobación judicial final por un tribunal británico, informa el fabricante europeo en un comunicado. Asimismo, los pactos con las autoridades francesas y estadounidenses también están sujetas al visto bueno de los tribunales y la autoridad de regulación de EEUU.
Las vistas en Francia y el país norteamericano tendrán lugar el próximo 31 de enero de 2020, por lo que todavía está por ver si se acepta el principio de acuerdo y definir el monto final de la multa para echar tierra sobre el episodio que llevó a Airbus a cambiar gran parte de su cúpula.
Y es que, Guillaume Faury llegó al cargo de presidente a mediados del año pasado como parte de un proceso de cambio generacional de la cúpula que perseguía, entre otras cosas, superar las malas prácticas en la contratación. Así, Tom Enders dejó el cargo de consejero delegado; Fabrice Brégier, el de director financiero, y John Leahy abandonó el de jefe de ventas.
Al poco de tomar posesión del cargo, Faury marcó distancias con el mandato de Enders y mostró una mayor apuesta por la “las transformación tecnológica y el respeto al medioambiente” y un talante más conciliador. Así, frente a las contundentes declaraciones de Enders de abandonar Reino Unido ante un Brexit duro, Faury se mostró mucho más suave al asegurar que no era tan fácil dejar el país británico y apostó por llegar a acuerdos. “Queremos permanecer en Reino Unido. Tiene una industria importante, trabajadores altamente cualificados y gran investigación. Airbus es parte de Reino Unido y Reino es parte de Airbus. Queremos estar pase lo que pase con el Brexit”, sentenció Faury.
La provisión de 3.600 millones de euros tendrá un fuerte impacto en la cuentas de Airbus en un ejercicio marcado en el mundo de la aviación por la crisis del 737 MAX de Boeing. La suspensión de los permisos de vuelo del avión de medio radio ha hundido los pedidos y las entregas del fabricante de EEUU mientras que la compañía europea ha registrado un máximo de pedidos de entregas.